El proverbio "vive como un gato y un perro" no apareció de la nada. El entendimiento mutuo entre estos animales no es muy bueno. Sin embargo, un gato y un perro pueden llevarse bastante bien si abordas su crianza y mantenimiento de las articulaciones de forma más consciente.
Instrucciones
Paso 1
La opción ideal para iniciar la vida de un gato y un perro en el mismo territorio es la corta edad de ambos animales. Un cachorro y un gatito pueden, después de un tiempo, necesario para acostumbrarse, encontrar camaradas en juegos conjuntos, y luego crecer juntos de manera amistosa y alegre.
Si uno de los animales ya es adulto, mucho depende de su experiencia de vida en relación con gatos o perros. La edad adulta dificultará aún más su convivencia pacífica. Si un gato está acostumbrado a pelear con perros, y un perro persigue gatos, entonces no debe esperar una buena actitud hacia una mascota recién llegada desde la puerta. Se necesitará mucha paciencia y un cuidado cuidadoso de ambos animales.
Paso 2
Será mejor si aísla al "principiante" en una habitación separada por primera vez, organizando reuniones de presentación con el segundo animal por un tiempo. Es mejor que el perro use una correa durante tales reuniones para que pueda ser atrapado fácilmente si se precipita sobre el gato. Acaricie, tranquilice y apruebe a ambos animales. Pero trate de prestar más atención al "veterano" para que no tenga motivos para los celos.
Paso 3
No te enfades, viendo al principio desde el lado del gato y del perro manifestaciones de agresión entre sí. Necesitan designar el territorio del otro, para demostrar que no se dejarán ofender. Poco a poco, los animales se acostumbrarán a vivir juntos, aprenderán a evitar conflictos y traumas. Todo este tiempo necesitarán su atención y apoyo. Trate de no ponerse nervioso en presencia de animales, porque son muy sensibles a su estado de ánimo. No empujes a tu gato y a tu perro el uno hacia el otro si prefieren mantener la distancia. Deben decidir por sí mismos en qué momento y hasta dónde se acercan.
Paso 4
Asegúrese de que cada animal tenga su propia área de descanso y su propio recipiente para la comida y el agua, que estén lo suficientemente lejos unos de otros, e idealmente en diferentes lugares. También trate de colocar la arena para gatos en un lugar apartado donde el perro no pueda meter la nariz. En este caso, el gato y el perro no tendrán ninguna razón para violar el territorio del otro, lo que reducirá las razones de los conflictos. Sin embargo, esto no excluye la posibilidad de que cuando los animales se hagan amigos, duerman uno al lado del otro en la misma cama. Los gatos generalmente comprenden perfectamente que el costado de un perro puede ser una buena almohadilla térmica.
Paso 5
El perro puede expresar su disposición amable hacia el gato moviendo la cola e invitándolo a jugar, aunque es posible que el gato no comprenda de inmediato lo que quiere de él. Tenga cuidado con el juego cooperativo de los animales, especialmente si sus mascotas son un perro grande y un gatito. Es posible que el perro, a pesar de sus mejores intenciones, no calcule la fuerza y cause lesiones al bebé. Y las garras de gato pueden dejar rasguños bastante dolorosos en la nariz de un perro.