Los insectos son tan diferentes a los humanos. Su desarrollo embrionario procede con transformaciones, tienen un esqueleto externo, no interno, sus sistemas nervioso central y circulatorio difieren. Incluso los insectos respiran de manera muy diferente a los mamíferos.
Instrucciones
Paso 1
Solo hay una tráquea en el cuerpo humano. A través de él, el aire que ingresa por el tracto respiratorio superior se transporta a los pulmones. Los insectos carecen de nariz, pulmones y bronquios, su sangre, a diferencia de la sangre de los mamíferos, no transporta oxígeno por todo el cuerpo. Los insectos respiran exclusivamente con la ayuda de las tráqueas, cuyo número en su cuerpo supera al de los mamíferos y puede variar de uno a dos a ocho a diez pares.
Paso 2
El sistema respiratorio de los insectos está representado por muchas tráqueas que impregnan su cuerpo. Las tráqueas de insectos son túbulos que se abren hacia afuera con orificios espiráculos. En las profundidades del cuerpo, la tráquea se ramifica en tubos más pequeños: las tráqueas. Los traqueolos rodean todos los órganos, entregando oxígeno a los lugares de su consumo.
Paso 3
Los insectos que viven en el medio acuático tienen espiráculos de tipo cerrado, ya que reciben oxígeno del agua, en los insectos terrestres, espiráculos de tipo abierto. Sin embargo, incluso estos últimos pueden, si es necesario, regular su trabajo. Por ejemplo, si un insecto terrestre se mete en el agua, podrá vivir sin aire durante algún tiempo, cerrando sus espiráculos.
Paso 4
Con el tiempo, los insectos han desarrollado diversas adaptaciones para mejorar la eficiencia del proceso respiratorio. Por ejemplo, los insectos que vuelan bien tienen bolsas de aire donde se puede almacenar oxígeno. Y algunas larvas han desarrollado la capacidad de respirar por la piel.