Uno de los principales modos de movimiento de muchos miembros de la clase de insectos es el vuelo. Gracias a la capacidad de volar, los insectos pueden encontrar comida para sí mismos, parejas sexuales para aparearse, escapar de los enemigos, migrar y, al final, asentarse por todo el planeta. No en vano, los insectos son el grupo de animales más numeroso del planeta Tierra.
Según una investigación realizada por entomólogos, los insectos son los primeros organismos de la Tierra que han logrado elevarse por los aires, desarrollando su capacidad única de volar. Es difícil de creer, pero hace más de 360 millones de años, algunos representantes de la clase de insectos ya sobrevolaron el planeta Tierra. Entonces solo había un continente: el supercontinente Pangea, que unía casi toda la tierra de la Tierra.
Los insectos son generalmente la única clase de invertebrados que pueden volar. Fue la apariencia de sus alas lo que los convirtió en criaturas rápidas y ágiles. Además, adquirieron la capacidad de migrar con regularidad y su comportamiento general se volvió más complejo. Con el advenimiento de la capacidad de volar, las oportunidades de reproducción, nutrición y defensa contra los depredadores han aumentado.
El vuelo de los insectos es de gran interés para los científicos. Hoy en día, el mecanismo y los principios de vuelo de estas criaturas son de gran interés para la biónica y la entomología aplicadas, así como para la sistemática y la fisiología comparada. Algunas personas comparan el vuelo de los insectos con el vuelo de un avión. Esta no es una comparación del todo precisa. El hecho es que los insectos utilizan corrientes de aire para su vuelo, mientras que la turbulencia resultante es muy peligrosa para un avión.
¿Cómo vuelan los insectos?
Como se mencionó anteriormente, los insectos usan poderosas corrientes de aire para sus vuelos, y si una disminución en la resistencia del aire es de gran importancia para un avión (para esto, las alas de un avión están inmóviles y aerodinámicas), entonces para los insectos no lo es. Por el contrario, sus alas están en constante movimiento durante el vuelo. Por eso no le temen a las turbulencias.
Los insectos pueden volar de varias formas. El principal es, por supuesto, el vuelo activo (aleteo). Además, utilizan el llamado vuelo hacia adelante, que es bastante maniobrable, rápido, estable y económico. A menudo, los insectos simplemente flotan en el aire. Este también es un vuelo que le permite mantener su posición en el espacio sin cambios. Al igual que las aves, los insectos también practican el vuelo pasivo, que se subdivide en paracaidismo, buceo, deslizamiento y vuelo estacionario. Para realizar todos estos tipos de vuelos, estas asombrosas criaturas deben estar "equipadas" con "dispositivos" especiales.
¿Qué "adaptaciones" ayudan a los insectos a volar?
Alas. Son excrecencias laminares del tegumento, que están directamente conectadas a todo un complejo de músculos que las sirven. Básicamente, los insectos tienen dos pares de alas: delantera y trasera. Las alas mismas consisten en la placa de ala más delgada (membrana), que está unida a venas duras. Las venas, a su vez, constituyen la base sólida del ala.
Musculatura del ala. A diferencia de las alas de las aves y los murciélagos, las alas de los insectos carecen de sus propios músculos, por lo que son impulsadas por los músculos pectorales. Estos incluyen los músculos dorsales longitudinales, los músculos pleurales, los músculos ventrales longitudinales y los músculos dorsoventrales.
La octava maravilla del mundo
Los científicos llaman milagro a la técnica de los insectos voladores. Por ejemplo, un mosquito común en el aire puede alcanzar fácilmente a una hembra, obligándola a bajar. Un especialista de la Universidad Americana en Florida, Jerry Butler, pudo determinar la velocidad de este mismo mosquito usando una bala disparada con una pistola. ¡Resultó que el insecto logró alcanzar esta bala en el aire a una velocidad de 144 km / h! ¡Increíble!