La hiperactividad es una enfermedad mental grave, una de cuyas manifestaciones es el renacimiento poco saludable del perro, la incapacidad de sentarse en un lugar durante mucho tiempo.
A muchos perros, especialmente cuando son cachorros, les encanta ser traviesos y meter su curiosa nariz húmeda por todas partes, ignorando los comentarios de los dueños.
En la mayoría de los casos, eso no tiene nada de malo. Por el contrario, la energía de una mascota suele indicar su buen estado físico. Por tanto, si tu perro está activo, no te asustes de inmediato. Si el comportamiento del perro parece anormal, consulte a su veterinario.
Síntomas
Para distinguir el "período de recuperación" habitual de la hiperactividad, es necesario conocer varios síntomas inherentes a esta desviación:
• El perro está en tensión constante, incluso en ausencia de ciertos estímulos;
• Aumento de la frecuencia cardíaca y la respiración, aumento de la temperatura corporal durante el descanso y la actividad física;
• Incapacidad para concentrar la atención en una actividad u objeto durante mucho tiempo;
• El perro cambia rápidamente a otras actividades sin completar la anterior;
Naturalmente, estos hábitos, incluso combinados, no pueden garantizar la susceptibilidad a la hiperactividad. Sin embargo, si observa un comportamiento similar con su mascota, debe darle mucha importancia a esto y buscar la ayuda de especialistas en psicología animal.
¿Y si mi perro es hiperactivo?
La hiperactividad no se puede curar por completo, pero se puede controlar con entrenamiento. Sin embargo, este es un proceso que lleva mucho tiempo y requiere muchos nervios y tiempo tanto para el dueño como para el perro. Recuerde que la enfermedad está directamente relacionada con la psique de la mascota. Cualquier cambio abrupto en las condiciones de vida puede afectarla negativamente.
La formación debe iniciarse gradualmente. La introducción de comandos en la vida del perro puede contribuir significativamente a mejorar la vida de la mascota. Para no dañar aún más al perro, antes de comenzar la crianza, debe comunicarse con un cinólogo y un veterinario.
Si trata el problema con responsabilidad y paciencia, puede convertir a un perro en un amigo leal y obediente, a pesar de su discapacidad mental.