No es ningún secreto que todos los felinos marcan su territorio de una forma u otra. Y aquí no importa el tamaño del animal, ya sea un león o un gato doméstico, todos hacen lo mismo.
Por qué lo necesitan
Caminando por su propiedad, el gato no solo observa lo que está sucediendo, sino que también monitorea si alguien dejó algún mensaje. Luego se frotará contra algún objeto, luego hará una marca con orina, en algún lugar rayará una pared o un árbol. Así, el gato reclama sus derechos sobre el territorio. Sin embargo, frotando su hocico sobre los objetos, deja sus feromonas sobre ellos, indicando que todo está tranquilo y bien aquí, que está cómoda y segura aquí.
La situación se ve muy diferente cuando el gato está nervioso. Ya no tiende a frotarse contra elementos del interior, al contrario, donde puede, pone marcas de orina, se enoja, mostrando extrema irritación con toda su apariencia. Incluso dejando rasguños en superficies verticales adecuadas, el gato expresa agresión en gran medida. Puede haber muchas razones para esta preocupación. Un cambio de escenario, la aparición de una nueva persona, incluso la mala salud de un gato pueden provocar tanto estrés.
Los gatos, incluso más que los gatos, vigilan el territorio y usan feromonas para marcarlo o interactuar con otros gatos. Además, se ha observado que los gatos no orinan donde hay un buen olor de las glándulas salivales. Pero el rascado de superficies verticales es un acto franco de agresión e ira. El caso es que un felino tiene un secreto especial entre los dedos, cuyo propósito es ahuyentar a un oponente.
¿Para que sirven las feromonas?
La industria química moderna ha dominado la liberación de feromonas, que son tan importantes para el resto de animales. Su uso puede reducir el nivel de estrés en los gatos, salvar a los dueños de mascotas de las marcas de gatos con la orina, olvidarse de los muebles rayados y las almohadas andrajosas.
Las feromonas producidas sintéticamente de las glándulas faciales de los gatos crean una atmósfera confortable para el animal. Su uso facilita el transporte del animal, simplifica la visita al veterinario y reduce al mínimo la excitación innecesaria. En general, el uso de feromonas simplemente hace feliz al gato.
La función principal de las feromonas secretadas por las glándulas faciales es regular el trasfondo emocional del animal. Estos compuestos químicos le dan al gato una sensación de paz y seguridad, lo que permite que los gatos se adapten rápidamente a las condiciones cambiantes.
Para que el animal no experimente estrés, por ejemplo, al reorganizar los muebles, es recomendable rociar todos los salientes con feromonas sintéticas, que el gato tomará por sí mismo. Por lo tanto, puede proteger tanto la psique del animal como los muebles.