Los gatos son una de las mascotas más queridas. A pesar de la esponjosidad visible, los hábitos depredadores están vivos en cada ronroneo dócil, ecos de su origen salvaje. Esto es especialmente cierto para los animales jóvenes que aún no conocen los límites, que, después de jugar, pueden comenzar a morder a los humanos. Si no se les aparta inmediatamente de esta actividad, aceptarán este estado de cosas como normal y morderán en cada oportunidad.
Instrucciones
Paso 1
El escuadrón felino pertenece a la categoría de depredadores, y no importa en absoluto de quién estén hablando: un leopardo orgulloso o un gatito esponjoso. En cada uno de ellos, la naturaleza ha establecido estándares de comportamiento, instintos naturales, reflejos innatos. Para sobrevivir, los felinos deben poder cazar. Si un gato que está jugando muerde repentinamente a una persona, entonces es muy probable que esté jugando a cazar y se haya convertido en víctima. El movimiento de piernas le resulta especialmente atractivo.
Paso 2
A veces, las mordeduras pueden ser una manifestación del amor felino. En este caso, el animal solo muerde levemente la mano o la pierna del dueño, sin causarle dolor.
Paso 3
Los pequeños gatitos durante el período de crianza de su madre pasan por una etapa de socialización, cuando el gato monitorea el comportamiento de los animales y, si uno de ellos comienza a coquetear y traspasar los límites, bien puede recibir una bien merecida bofetada con su pata. Entre otros, este es otro argumento de peso para no levantar a un gatito antes de las 12 semanas de la madre, de quien absorberá el comportamiento correcto, como dicen, con la leche.
Paso 4
Incluso si te conmueven los hábitos de un bebé, agarrando tu brazo o pierna con los dientes, debes mostrar inmediatamente tu disgusto por lo sucedido. No es necesario posponer la lección hasta mañana o en un futuro más lejano. Cuanto más viejo es el animal, más enfermizas se vuelven sus mordeduras y más difícil es destetarlo de ellas.
Paso 5
Tan pronto como el gato te muerda, dile inmediatamente en voz alta y clara: "¡No!" - Detén el juego. Como último recurso, puedes soplarla en la cara o incluso sisear. Espere 1-2 minutos y solo luego continúe con el juego siguiente. No olvides ofrecerle al gato un juguete en el que pueda sacar su mecha de caza.
Paso 6
Si el joven mordedor ha adquirido el hábito de emboscar tus piernas y lanzarse sobre ellas tan pronto como aparecen en su campo de visión, una botella rociadora con agua le ayudará. No temas que a partir de ahora tendrás que moverte por la casa completamente armado: un par de veces es suficiente para que el gato lo entienda todo. Inmediatamente después del ataque, rocíe al cazador para que comprenda la relación: morder es una ducha fría.