Caerse desde alturas bajas puede causarles a los gatos lesiones mucho más graves que caerse de una ventana del quinto piso o más. ¿Por qué está pasando esto?
Los gatos no le temen a las alturas: son maestros en trepar y saltar, y en caso de caída siempre aterrizan sobre sus patas, lo que a menudo les ayuda a vivir sin moretones ni heridas.
Hay muchos ejemplos en los que, al caer desde una altura de más de cinco pisos, las consecuencias para los gatos fueron dolorosas, pero no peligrosas, pero los vuelos cortos muchas veces terminan tristemente. Para comprender la razón de esto, se llevaron a cabo estudios especiales, se filmaron vuelos de gatos y se trabajó cuidadosamente cada movimiento.
Para protegerse durante una caída, el gato realiza una serie de movimientos corporales para reducir su velocidad. Para suavizar el impacto al aterrizar, intenta doblar la espalda, en lugar de amortiguadores, usa sus piernas y un pecho elástico. Aterrizar sobre patas ayuda a evitar lesiones graves. Pero si el gato ha saltado desde una altura pequeña, es posible que no haya tiempo suficiente para estas manipulaciones.
Los estudios sobre caídas de gatos sugieren que la mayoría de las veces, los gatos se lastiman más cuando caen desde alturas bajas. Las corrientes de aire, el área de aterrizaje y si el gato ha podido suavizar el golpe al aterrizar sobre sus patas son importantes para el bienestar del resultado.
Por cierto, si un gato que cayó desde una altura no recibió heridas graves, esto no significa en absoluto que no se vaya a caer más. Por lo tanto, no debe relajarse y dejar las ventanas abiertas con la esperanza de que el gato no se suba a ellas. En cuanto al llamado miedo a las alturas, los gatos simplemente no lo tienen.
