Los gatos son extremadamente tenaces, pueden recuperarse independientemente de las heridas y también sobrevivir a una caída desde el noveno piso, mientras que se notó: los gatos siempre aterrizan sobre sus patas.
La asombrosa capacidad de los gatos para aterrizar sobre sus patas después de cualquier salto es algo que les fue otorgado por la naturaleza: un reflejo protector. Cuando cualquier felino, independientemente de su tamaño, cae, instantáneamente alinea su cuerpo en relación con el lugar de aterrizaje. Esta rápida reacción se debe al fuerte aparato vestibular.
El secreto de los gatos ayudó a desentrañar la fotografía a cámara lenta del francés Étienne Jules Marey, una serie de sus fotografías mostraban claramente cómo los gatos hacen sus monstruos.
Fisiología
Los científicos han descubierto que un gato, cuando salta con un giro, lo hace todo de acuerdo con el mismo patrón: primero gira la cabeza y luego el cuello y el cuerpo para que estén en la misma línea recta con la cabeza.
Al caer, el gato tira de sus patas y cola hacia el cuerpo para acelerar el momento del vuelo, y tan pronto como el suelo está cerca, inmediatamente suelta sus patas para un aterrizaje seguro. Las patas extendidas hacia adelante al aterrizar sirven para amortiguar el impacto de una caída. Vale la pena señalar aquí la asombrosa flexibilidad de la columna, que guía y alinea con precisión el cuerpo del animal. El secreto está en una gran cantidad de enlaces: un gato tiene 30 de ellos, mientras que una persona solo tiene 24.
Al mismo tiempo, en todos los felinos, el talón de Aquiles son las vértebras cervicales, que, por regla general, no pueden compensar el impulso impartido durante la caída, y el gato, al aterrizar, golpea la cabeza contra la superficie, rompiendo el hocico.
Conservación de momento
Una de las explicaciones para aterrizar sobre sus patas es la llamada ley de conservación del impulso, que establece que al caer, el gato gira las partes de su cuerpo en diferentes direcciones, volteándose a la posición deseada, mientras que el momento de rotación permanece sin cambios.. La cola del gato sirve como una especie de volante y ayuda con la rotación. Esta capacidad de aterrizar es innata, y ya a partir de los dos meses el gatito es capaz de controlar su cuerpo para que al aterrizar de un salto siempre ocupará una posición horizontal.
Es cierto que al saltar desde una gran altura o una caída inesperada, no todos los gatos tienen tiempo para agruparse adecuadamente, de ahí las lesiones. Sin embargo, la buena capacidad de absorción de impactos de las patas y la flexibilidad de la columna salvan al animal de la muerte. La lesión más común de una caída de este tipo es un nervio pinzado y, como resultado, la inmovilización de las extremidades traseras. Estas lesiones casi nunca se tratan y, por lo tanto, los veterinarios ofrecen caminantes especiales o la eutanasia del animal.