Pues a los gatos no les gusta mucho la humedad, aunque no a todos. Algunos nadan con mucho placer, y esto no tiene predisposición genética, pero lo más probable es que sea mérito del dueño, quien le dejó claro al mullido que lavarse es un puro placer. El gato, sin miedo al primer contacto con el agua, se preguntará, acudiendo periódicamente al baño o incluso al lavabo.
Instrucciones
Paso 1
Vierta agua tibia en un recipiente o tina y agregue un champú no cáustico. Puede usar un producto especial o un champú para bebés regular para lavar al gato, que no irrita la membrana mucosa de los ojos. Si durante el primer baño el peludo experimenta miedo o sensación de ardor en los ojos, así como agua en los oídos, entonces ya está, la próxima vez no estará en el agua.
Paso 2
Coloque bolas de algodón en las orejas del gato antes de sumergirse en la bañera. Moja suavemente al animal, no te olvides de hablar y acariciar suavemente. Si el peludo te muestra sus afiladas garras, dejando una marca en tu mano, no jures. Trate de estar lo más tranquilo posible. Después del lavado principal, enjuague bien el pelaje del animal con agua corriente. Seque a su gato con una toalla limpia y suave.
Paso 3
Si la primera experiencia de los procedimientos con agua terminó en fracaso y rápidamente logró lavar la espuma del gato, no vuelva a intentarlo en los primeros días. Algunos animales imitan a su amo, así que cuando vayas a bañarte, no cierres la puerta. El gato debe estar interesado en las burbujas de espuma, y también comprenderá que si el dueño se está lavando, entonces no da miedo en absoluto.
Paso 4
El gato necesita acostumbrarse al agua, repetir los intentos de lavar al animal, pero tratar de minimizar el impacto en su salud mental. Si la mascota grita y se rasca desgarradoramente, y antes de este incidente caminó sin lavarse durante varios años y nada, entonces déjelo que continúe lavándose con la lengua. Y a veces lo limpia con un paño limpio y húmedo a contrapelo.