La dirofeliriosis es una enfermedad parasitaria en perros. Los parásitos pueden vivir en la arteria pulmonar, en el músculo cardíaco derecho o debajo de la piel. La enfermedad es transmitida por mosquitos. Por lo tanto, en el período de primavera y verano, es necesario prevenir esta enfermedad.
Los parásitos adultos alcanzan hasta 40 mm de longitud y 1,3 mm de grosor. Las larvas pueden circular en la sangre durante varios años. La enfermedad es muy peligrosa y, a veces, fatal para el animal. La dirofilariasis es pulmonar-cardíaca o subcutánea. Con menos frecuencia, los parásitos aparecen en la nube ocular o en el cerebro.
Diagnóstico y síntomas de la dirofilariasis
La enfermedad se determina mediante un análisis de sangre. Para un correcto diagnóstico y determinación de la gravedad de la enfermedad, es necesario realizar una radiografía de tórax y una ecocardiografía (ECHO).
Los síntomas dependen de cuánto tiempo hace que el perro se infectó. En el calor, puede notar picazón, enrojecimiento de la piel. En invierno, estos síntomas se suavizan. Con la dirofilariasis cardíaca, el animal pierde peso bruscamente, se cansa rápidamente y duerme mucho. Hay dificultad para respirar, tos seca, sibilancias en los pulmones. Al toser, es posible una secreción sanguinolenta.
Puede haber hinchazones del tamaño de un huevo en el área de las glándulas mamarias, el cráneo o las extremidades. Una incisión produce pus o líquido. También se pueden encontrar varios parásitos.
Si el perro tiene dirofilariasis subcutánea, la enfermedad puede ser casi asintomática. Ocasionalmente, puede notar lesiones en el cuero cabelludo o alrededor de los ojos.
Tratamiento
El tratamiento consiste en expulsar a los adultos, eliminar las larvas del torrente sanguíneo, prevenir nuevas infecciones y apoyar al cuerpo debilitado. La expulsión de los gusanos adultos se produce de forma quirúrgica y química. Los fármacos más utilizados son ditiazanina, mebendazol, levamisol. Sin embargo, ninguno de ellos ofrece una garantía contra el inicio de la remisión de la enfermedad.
Con el método quirúrgico, el perro necesita anestesia general y penetración en la cavidad cardíaca.
Es muy difícil para un perro enfermo. La operación es costosa.
Con el método químico, los parásitos muertos pueden obstruir los vasos, lo cual es muy peligroso. Y la medicina en sí es muy tóxica. Al mismo tiempo, raro y caro.
La expulsión de las larvas de la sangre solo es posible con quimioterapia.
Para mantener el riesgo de enfermedad lo más bajo posible, es necesaria la prevención. En las ciudades donde los mosquitos viven en sótanos durante todo el año, la prevención debe realizarse todos los meses. En este caso, es necesario observar estrictamente la dosis. Durante el verano de los mosquitos y un mes después, además de los medicamentos, el perro debe llevar un collar especial.
El tratamiento del perro solo puede ser prescrito por el médico que hizo el diagnóstico. ¡La automedicación es muy peligrosa!