El olfato es la herramienta más importante para los perros con los que interactúan con el mundo que los rodea. La nariz de un perro es 400 veces más sensible que la de un humano. Pero, como una persona, algunos olores les parecen agradables a los perros y otros pueden causar irritación.
Instrucciones
Paso 1
Los olores que disgustarán al perro son, ante todo, los mismos que irritan la mucosa humana. Estos son los olores de pimienta recién molida, materia orgánica fermentada en vinagre, acetona, solventes y aerosoles de limpieza y otros productos químicos domésticos. La nariz sensible del perro reacciona a ellos con mucha más fuerza, además, pueden irritar no solo la mucosa nasal, sino también los ojos.
Paso 2
El olor acre de cloro, vinagre o sustancias volátiles emitidas por el asfalto recién colocado también destruye las células olfativas. Esto tiene un efecto perjudicial sobre las habilidades olfativas de los perros: los perros urbanos "toman el camino" peor que los que crecieron al aire libre. Por tanto, no se le debe dar al perro que olfatee amoniaco durante el desmayo, característico de algunas enfermedades. Los propietarios de perros de caza, cuyas cualidades de trabajo, en primer lugar, dependen de un sentido del olfato desarrollado, deben recordar esto y tratar de proteger a su mascota de la necesidad de estropear el olor inhalando productos químicos domésticos.
Paso 3
A la mayoría de los perros no les gusta el olor a alcohol, aunque muchos asocian este disgusto con el comportamiento de la persona ebria, que, por regla general, habla demasiado alto y agita los brazos. Pero incluso si pasa un borracho, los perros pueden acompañarlo ladrando todo el camino a casa.
Paso 4
A los perros no les gusta el olor de las sustancias esenciales secretadas por los cítricos: limones, pomelos, naranjas. Incluso un perro muy cariñoso se negará a comer una pieza de tal fruta de las manos del dueño. La acción de los collares especiales se basa en este disgusto, diseñado para que el cachorro deje de ladrar en vano. Con ladridos fuertes y prolongados en dicho collar, se activa un dispositivo que emite un olor cítrico acre, después de lo cual el perro comienza a controlar su comportamiento para no volver a olfatearlo.