El cólico decorativo casero puede ser una gran mascota domesticada. Pero para ello, tendrás que tomarte un tiempo todos los días para comunicarte con el animal, alimentarlo de tus manos, hablar y, por supuesto, acariciar correctamente a tu mascota.
Instrucciones
Paso 1
Comuníquese con su mascota cuando esté de buen humor y lista para el contacto. No juegues con un animal que duerme o lave y no te molestes en acariciar a un conejo que está a punto de morder. Espere a que termine todas las cosas importantes.
Paso 2
Compruebe si sus manos huelen a tabaco, crema o perfume. Los conejos tienen un fino sentido del olfato y apenas toleran los olores penetrantes. Lávese las palmas de las manos con jabón para bebés o gel sin perfume.
Paso 3
Si tu mascota es tímida, no hagas movimientos bruscos y no intentes sacar al animal de la jaula. Es necesario que la comunicación contigo evoque solo emociones positivas en él. Cantando y repitiendo suavemente el nombre del conejo, acércate a él y pasa las yemas de los dedos por el cuello y cerca de las orejas.
Paso 4
No intente poner al animal en una posición que le resulte más cómoda. Si el conejo le ha dado la espalda, acaríciele suavemente el cuello. Un animal sentado con el hocico hacia usted puede ser acariciado suavemente a lo largo de su nariz y frente. Masajea suavemente los costados y la espalda del conejo acostado. Si al animal le gusta, lo demostrará girando y sustituyendo su abdomen. Bueno, si el conejo salta hacia atrás y se encoge hasta convertirse en una bola, déjelo en paz: puede que no esté de humor para el contacto en este momento.
Paso 5
Cuando el animal se acostumbre y esté feliz de recibir la caricia, trate de levantarlo suavemente en sus brazos. A algunos animales les gusta este, otros prefieren que los acaricien cuando están acostados uno al lado del otro en el suelo o el sofá. Hay conejos a los que les encantan los masajes vigorosos, pero la mayoría prefiere acariciarlos y rascarlos con suavidad.
Paso 6
Combina negocios con placer mientras peinas el pelo de conejo mientras lo acaricias. Esto evitará la formación de enredos y la ingestión de grumos de lana por parte del animal. Guía el peine siguiendo los movimientos de tus dedos. Si al animal no le gusta rascarse los dientes, humedezca sus palmas con agua y acaricie intensamente a la mascota por todos lados, sin olvidar las orejas y el abdomen. Los pelos sueltos permanecerán en las manos mojadas.