Los gatos calvos o las esfinges a menudo sorprenden a las personas que los vieron por primera vez con su apariencia exótica. Su cuerpo, no cubierto de lana, tiene una temperatura elevada, y la delicada piel de los pliegues los hace parecer extraterrestres. Entonces, ¿de dónde provienen estas increíbles criaturas, que hoy en día son tan apreciadas por los amantes de los gatos domésticos únicos?
La historia de las esfinges
Por primera vez se menciona a los gatos calvos en los anales históricos de los aztecas. Se encontró información más reciente sobre las esfinges en Marruecos, India y Paraguay. En los años 60 del siglo XX, felinólogos canadienses y franceses criaron los primeros gatos "desnudos", que fueron nombrados "Canadian Sphynx". Esto se logró gracias a un gatito calvo nacido de un gato común; más tarde se cruzó con su madre, después de lo cual aparecieron gatitos sin pelo en la nueva camada.
El número de esfinges se incrementó gradualmente al cruzar representantes raros de esta raza.
Hoy en día, las esfinges canadienses no siempre están completamente desnudas; pueden tener pelos residuales en las orejas, el hocico y la punta de la cola, pero las esfinges no tienen bigote. Los gatos calvos son bastante musculosos y robustos, con pechos grandes y muy espaciados, patas delgadas y un cuello fuerte. Esta raza vive durante mucho tiempo, quizás por su carácter amistoso, cariñoso y sociable y, quizás, debido a una mutación genética que privó a las esfinges de su habitual pelo de gato.
La fuerte pigmentación de la piel permite distinguir claramente el color de los gatos sin pelo; los tonos más comunes son el blanco y el pío. Las esfinges macizas o de carey son menos comunes. Una ocurrencia muy rara es la esfinge de visón, que, cuando está ligeramente iluminada, tiene impresionantes ojos azul claro.
La naturaleza de las esfinges
Una nueva raza única "Don Sphynx" fue aprobada en 1998 por felinólogos rusos, quienes, con su ayuda, cruzaron y criaron nuevos tipos de gatos calvos. Los gatitos más sanos fueron seleccionados para el trabajo de cría, que se convirtió en los fundadores de una nueva raza: "St. Petersburg Sphynx". Esta raza se distingue por un físico más elegante y frágil, así como por una falta de rencor y agresividad hacia su dueño u otros animales.
Las esfinges aceptan a una persona como propia, la tratan en pie de igualdad y aprenden fácilmente varias reacciones de comportamiento.
La bondad, la tranquilidad y la devoción de los gatos calvos no se parecen en absoluto a un personaje felino. Las esfinges no le temen a los perros y bien pueden defenderse castigando al agresor con garras afiladas y tenaces, que, sin embargo, prácticamente no se usan. La belleza y el exotismo de las esfinges es muy valorada por los criadores y simplemente amantes de todo lo inusual.