Muchos dueños de gatos prefieren castrar a sus mascotas para que no marquen su territorio y no griten constantemente. En este sentido, surge la pregunta a qué edad es mejor hacer esto para minimizar las consecuencias negativas. Después de todo, la castración, como cualquier operación quirúrgica, está asociada a un cierto riesgo para la salud del animal.
No existe una edad general a la que todos los gatos entren en la pubertad. Para algunos, ocurre a los cinco meses, para otros a los 8. En cualquier caso, los expertos no recomiendan apresurarse. Incluso si el gato de cinco meses ya está marcando esquinas y mostrando interés en los gatos, debes esperar un poco. Después de todo, fisiológicamente todavía es un gatito, todavía está creciendo. Se forman los músculos, el esqueleto, se desarrollan los órganos internos, incluido el sistema genitourinario. La castración conduce, en particular, al hecho de que el pene del gato completa su desarrollo, lo que en el futuro puede crear dificultades en el tratamiento de enfermedades de la esfera genitourinaria.
Los veterinarios, basados en la práctica global, recomiendan castrar a los gatos a la edad de 7-8 meses o un poco más tarde, pero hasta un año. En este momento, el cuerpo del animal ya está formado y puede ser sometido a cirugía y anestesia general sin consecuencias negativas.
Además, si decides castrar a un gato, tampoco es necesario que te demores en hacerlo. La castración tardía es tan peligrosa para la salud como antes. A la edad de más de un año, muchos cambios en el sistema hormonal del gato, por ejemplo, los andrógenos comienzan a ser producidos no solo por los testículos, sino también por otras glándulas (glándula pituitaria, glándulas suprarrenales). Esto puede llevar al hecho de que la castración no dará el resultado deseado y el gato continuará marcando el territorio. Tampoco se recomienda castrar a un gato que ya ha tenido relaciones sexuales: lo más probable es que continúe preguntando al gato y marcando las esquinas.
Además, no se recomienda castrar a un gato mayor, ya que puede ser difícil soportar la anestesia. Existe la posibilidad de que la operación provoque complicaciones en el curso de enfermedades crónicas.
Importante: antes de decidirse a castrar a su gato, consulte a su veterinario.