Después del inicio de la pubertad, muchos dueños de gatos comienzan a pensar en su primer apareamiento y la aparición de crías. Sin embargo, debido a la inexperiencia en tales asuntos, están preocupados por el próximo embarazo de su mascota y por su paso seguro.
Embarazo de gato
En promedio, el embarazo de una gata dura nueve semanas. Se puede reconocer a partir de la tercera semana, por los pezones, que adquieren un color rosado pronunciado. Además, el animal puede vomitar, ya que comienzan a producirse cambios hormonales en su cuerpo. A partir de la quinta semana, la gata comienza a ganar peso de manera significativa y, a partir de la sexta semana, sus pezones comenzarán a aumentar rápidamente, llenándose de leche. La futura madre comienza a dormir más e ignora por completo a los gatos si uno de ellos está cerca.
Por lo general, los gatos durante el embarazo se vuelven más amables, tranquilos y cariñosos, si solían salir, durante este período están más cerca de las condiciones del hogar.
Cada día, una gata preñada come cada vez más, pero unos días antes de dar a luz, el apetito disminuye notablemente. Además, durante el embarazo, la presión intraabdominal aumenta en el cuerpo del animal, como resultado de lo cual la micción y la defecación se vuelven más frecuentes. En ocasiones, una gata puede tener un embarazo falso que se produce al ovular sin fecundación. Una gata presenta todos los signos del embarazo, los cuales desaparecen en cuarenta días, sin embargo, si causan complicaciones de salud, se deben tomar medidas. Con frecuentes embarazos falsos, los médicos a menudo recomiendan extirpar los ovarios del gato.
Cuidados durante el embarazo
En primer lugar, el gato necesita proporcionar una nutrición adecuada y nutritiva, rica en proteínas y calcio. En la segunda mitad del embarazo, debe alimentar al gato con alimentos que contengan muchas proteínas. También debe excluir todos los medicamentos, incluidos los medicamentos para pulgas y gusanos. Dado que una barriga grande dificulta que un animal se lave por sí solo, se puede ayudar a limpiar los genitales con un paño suave y húmedo.
Durante el embarazo, los gatos aman la soledad, por lo que si hay otros gatos en la casa, es mejor aislar parcialmente a la mujer embarazada de ellos.
En las últimas etapas del embarazo, la gata no debe trepar a los armarios y otros lugares altos, ya que el peso del útero cambia en gran medida el centro de gravedad y es posible que el animal no mantenga el equilibrio al caer desde una altura. Poco antes de dar a luz (aproximadamente dos semanas), el gato necesita hacer un nido: una caja con periódicos o pañales desechables para bebés, colocados en varias capas. Cuando nacen los gatitos, no deben limpiarse con servilletas suaves, que pueden pegarse al recién nacido y el gato se negará a lamerlo. La caja debe estar en un lugar cálido, preferiblemente donde a la gata le encantaba estar durante todo el embarazo. En ocasiones, el parto puede durar más de un día, por lo que debes tener a mano todo lo que necesitas, incluido el número de teléfono de la clínica veterinaria más cercana.