Con el desarrollo de la cría moderna, no siempre está claro qué animal está frente a usted. Como un conejo, pero tal vez no. Después de todo, las razas de conejos decorativos de hoy son tan diversas que un amante inexperto no siempre logra distinguir a los conejos bebés de los animales raros de otras especies. ¿Cómo, por ejemplo, puedes entender en qué se diferencia un conejito con orejas pequeñas y pelaje gris de una chinchilla?
Instrucciones
Paso 1
Presta atención a la cola del animal. En los conejos, aunque no sean enanos, la cola suele ser corta. Si ves un bebé con una cola larga, que mide más de 2/3 de la longitud de su cuerpo, tienes una chinchilla frente a ti. En los animales adultos, la longitud de la cola es de 7 a 15 cm; los conejos no pueden presumir de tales colas. También un rasgo característico del género es la forma del pabellón auricular. Incluso en conejos con orejas cortas, puedes ver que tienen una forma alargada. Pero la forma de la aurícula de la chinchilla es redonda. No vale la pena intentar distinguir los conejos de las chinchillas por el tamaño de sus orejas, ya que las chinchillas tienen orejas grandes (en los adultos alcanzan los 8-10 cm), exactamente las mismas orejas se pueden encontrar en los conejos.
Paso 2
Siente al animal y aprecia su pelaje. Los conejos y las chinchillas se diferencian por la estructura y la calidad de su pelaje. El hecho es que una chinchilla tiene un pelaje verdaderamente único: entre 60 y 80 pelos más finos crecen de un folículo piloso a la vez. Por eso el abrigo de piel de este animal es delicado y aterciopelado al tacto. Si tocas el pelaje del conejo, quedará más áspero, aterciopelado y aireado, como el de una chinchilla, aquí no te sentirás. Y un matiz más importante: las chinchillas no se caen, pero esto sucede con los conejos. Si ve que el animal está cubierto de un pelaje desigual, del que se desprenden los jirones, frente a usted hay un conejo.
Paso 3
Observe más de cerca la forma del cuerpo y los hábitos del animal. Las chinchillas tienen una cabeza grande y redondeada, y la forma del cuerpo es ligeramente ovalada, con un claro redondeo en la espalda. Si observa los movimientos de una chinchilla, necesariamente surge una asociación con una ardilla. Los conejos también pueden tener una cabeza grande, pero su cuerpo es más alargado y la espalda no es tan redondeada. Mira los movimientos del conejito y entenderás que salta más que corre. Sus movimientos son menos elegantes que los de una chinchilla. Además, los conejos no saben escalar superficies verticales, pero para una chinchilla esto no es gran cosa.