Tienes un perro. Todo estaría bien si no fuera por su aullido. Este comportamiento del perro molesta no solo a los miembros de la familia, sino también a los vecinos. La mascota es atormentada, otros son atormentados. Sin embargo, con perseverancia, paciencia y algo de tiempo libre, el problema se puede solucionar.
Es necesario
resistencia, paciencia, conocimiento de las reglas del entrenamiento, delicadeza, collar de impulso
Instrucciones
Paso 1
Primero, determine la razón de este comportamiento del perro. Si su perro aúlla en su presencia, tiene sentido mostrárselo a su veterinario. Un perro sano puede aullar por varias razones. La razón principal es el anhelo del dueño. El perro requiere atención, por eso aúlla.
Paso 2
Con la ayuda de un entrenamiento especial, el perro puede dejar de gemir y aullar en su ausencia. Aprenden a formarse por su cuenta o recurren a los servicios de un profesional.
Paso 3
Entrene a su perro al comando "lugar". Además, es necesario asegurarse de que el perro se acostumbre a permanecer en su lugar el mayor tiempo posible. Entrene gradualmente a su mascota para que se quede sola en la habitación.
Paso 4
Deje al perro adentro con las puertas abiertas y ciérrelas más tarde. Si el perro ha demostrado firmeza y resistencia, anímelo con un premio y cariño.
Paso 5
Extiende tu tiempo fuera. Poco a poco, el perro se irá acostumbrando a las horas de soledad y dejará de aullar. En este caso, el perro no necesita saber cuándo vendrás. Para hacer esto, debe alternar entre intervalos cortos y largos de su ausencia.
Paso 6
Si continúan los aullidos, lloriqueos y ladridos durante el ejercicio, no ingrese a las instalaciones. Cuando el perro se haya calmado, entra y acarícialo. Pasará el tiempo y el perro comprenderá lo que quieres lograr de él, lo que significa que cambiará su comportamiento.
Paso 7
Además, hay collares de impulso especiales a la venta que también destetan al perro a aullar. Si no hay dinero para un collar, pero para tiempo de entrenamiento, consiga un segundo perro. Apenas tienen tiempo para quejarse debajo de la puerta. Los de cuatro patas estarán ocupados con los juegos y apenas notarán tu ausencia.