Si un gato no está en la calle, el riesgo de contraer enfermedades infecciosas es menor, pero esto no significa que no pueda enfermarse en absoluto. Las infecciones peligrosas ingresan a la casa junto con los zapatos de una persona, por lo tanto, a una edad temprana, el gatito debe ser vacunado varias veces para luego protegerlo de las enfermedades.
¿Por qué los gatos necesitan vacunas?
Los gatos, como los humanos, son atacados constantemente por varios virus y bacterias. La inmunidad de estos animales hace frente a algunos de ellos, mientras que otros provocan diversas enfermedades, a veces incurables y fatales. Al mismo tiempo, la infección se produce no solo por el contacto de los animales entre sí, sino también de otras formas, incluidos los casos frecuentes de infección con infecciones que se introducen en la casa en las suelas de los zapatos, ya que hay muchos gatos enfermos en la calle que dejan sus secreciones infectadas en el suelo.
La vacunación oportuna le permite evitar diversas enfermedades y durante mucho tiempo, mientras la vacuna esté en vigor, no tener miedo de que su mascota se enferme de moquillo u otra enfermedad grave.
Recuerda que existen muchas enfermedades felinas que a menudo son fatales.
Las vacunas deben tomarse especialmente en serio si dejas que tu gato salga o si lo llevas contigo a la casa de campo, donde tu mascota puede conocer a otros animales. También es recomendable vacunar a los gatitos pequeños, ya que su inmunidad aún es bastante débil, y muchas enfermedades no muy peligrosas resultan ser graves para su organismo.
¿Qué vacunas debe recibir un gato?
La vacuna contiene bacterias debilitadas o muertas que no pueden provocar enfermedades, sin embargo, pueden debilitar el cuerpo por un tiempo, por lo tanto, después de la vacunación, los gatos se sienten débiles, comen menos y tienen menos movilidad. Las bacterias desencadenan la producción de anticuerpos en el cuerpo del gato, lo que ayudará a combatir infecciones en el futuro.
Antes de la primera vacunación, se debe prevenir la aparición de lombrices o curar al animal, si las hubiera. Para hacer esto, puede usar medicamentos antihelmínticos que se venden en farmacias veterinarias.
Si un gato tiene lombrices durante la vacunación, esto puede debilitar gravemente su salud y provocar enfermedades, además, las lombrices inhiben la inmunidad, por lo que es posible que no se produzcan anticuerpos en la cantidad requerida.
La primera vacunación se realiza de manera integral: contra la rinotraqueítis, la panleucopenia (moquillo) y el calicivirus, preferiblemente para gatitos de aproximadamente 10 semanas de edad, pero los gatos mayores también pueden vacunarse. Tres semanas después de la primera vacunación, se administra la vacuna antirrábica, que se repite un año después. Después de eso, el gato puede vacunarse una vez al año, mientras se verifica su salud con anticipación y se realiza el procedimiento de antihelmíntico. Si el gato visita con frecuencia exposiciones o camina por la calle, también puede vacunarse contra el liquen.