El tigre de Amur destaca entre otras especies de su familia por su mayor tamaño. Color característico brillante, pelo grueso y largo, cuerpo poderoso: estas características permiten que este orgulloso animal se adapte a la vida en las duras condiciones de Primorsky Krai. Sin embargo, durante mucho tiempo el tigre de Amur ha estado amenazado por peligros que lo ponen al borde de la extinción.
Según los expertos, hoy en día la población del tigre de Amur es de poco más de trescientos individuos. El tigre vive principalmente en los bosques de cedros de Sikhote-Alin. El animal tolera cambios bruscos de temperatura durante todo el año. En invierno, el tigre puede acostarse en la nieve y, si necesita un refugio a largo plazo, se esconde en nichos entre los salientes de las rocas. En general, el tigre de Amur se adapta bien a las condiciones de Primorie.
El tigre pasa la mayor parte de su tiempo cazando. Ciervos, alces, jabalíes, corzos y, a veces, osos se convierten en presas del depredador. El tigre puede observar a la presa durante mucho tiempo y luego adelantarla con varios saltos amplios. La incapacidad para correr durante mucho tiempo obliga al tigre a ser muy prudente en la caza. Si la presa se libera, el depredador no la perseguirá. El tigre de Amur prácticamente no tiene enemigos naturales comparables a él en fuerza, pero un hombre es capaz de causarle muchos problemas.
Después de la muerte masiva de jabalíes, corzos y ciervos a mediados de la década de 1980, los tigres comenzaron inevitablemente a atacar a los perros y al ganado. Los equipos de cazadores creados en conexión con esto lograron exterminar varias decenas de tigres “sin juicio ni investigación”. Unos años más tarde, cuando se abrieron las fronteras con China, comenzó una verdadera búsqueda de un depredador único. Tanto los cazadores locales como los extranjeros persiguieron las pieles del guapo taiga, con la esperanza de enriquecerse rápidamente. A fines del siglo pasado, el número de tigres había disminuido drásticamente.
Preocupados por la situación, los ambientalistas y defensores de los animales dieron la alarma. Se llevó a cabo un proyecto para proteger al tigre de Amur de la extinción. Para estudiar el comportamiento del animal en condiciones naturales, comenzaron a utilizar collares de radio, lo que permitió controlar los movimientos de los tigres y evaluar sus hábitos. En los parques y reservas nacionales creados, el tigre de Amur está ahora bajo protección estatal, pero en el resto del territorio el depredador está indefenso contra los cazadores furtivos.
Otro factor que afecta negativamente el tamaño de la población animal es la actividad económica humana. La colocación de tuberías y la tala de bosques de cedros alejan al tigre de sus lugares favoritos, lo que lo obliga a seguir a las presas potenciales que se trasladan a otros lugares. Para vivir, el tigre de Amur necesita extensos terrenos de caza, por lo que la destrucción de los hábitats habituales es la principal fuente de peligro para la población. Es necesario buscar una solución al problema no a nivel local, sino a nivel estatal.